Las dinámicas que están moviendo al mercado continúan muy marcadas por los factores que hemos visto a lo largo del verano, tipos de interés y energía. En el primer frente, las corrientes del mercado giran en torno a la Reserva Federal y se dividen entre los que ya ven cerca el final del ciclo de subidas, frente a los que esperan que alcancen cotas aún más elevadas ante la persistencia de la inflación. En Energía, el ojo del huracán está en Europa, que sufre las descomunales consecuencias del envite del suministro de gas ruso, con tal impacto en las magnitudes de precios, que nos está llevando a una actuación sin precedentes del BCE. Esta combinación de factores, junto con otros como la política de Covid cero de China, han provocado un importante deterioro en las expectativas económicas globales y la clave está en ver qué han descontado las fuertes caídas del mercado. En nuestro parecer, las valoraciones actuales presentan un buen punto de entrada, en tanto que no contemplamos recesiones duras ni inflaciones descontroladas. Ahora bien, es un entorno no exento de volatilidad.